Escenario de las PyMEs exportadoras argentinas...

15.02.2013 12:14

 

Radiografía de las pymex

El Mercosur es el principal destino de sus ventas; el restringido acceso a la financiación y el crédito, las trabas a la importación y la inflación, al tope de la agenda

Por Henry Lubel

 

La organización industrial argentina, así como la mayoría de las economías capitalistas del mundo, tiene como actores principales y determinantes de su estructura a las grandes empresas.

 

En la Argentina en particular existe una estructura dual donde conviven empresas con posiciones oligopólicas en determinados mercados, y al mismo tiempo un universo de pequeñas y medianas empresas (PYME) responsable de la generación de una elevada proporción del empleo total, de la innovación en términos de producto y con una elevada cuota de emprendedurismo por un lado y de administración familiar por el otro.

Estas organizaciones tienen en su mayoría, un sesgo hacia la oferta dentro del mercado interno. Sin embargo, las pymes con perfil exportador han mostrado un marcado crecimiento en la Argentina desde la salida de la convertibilidad como consecuencia de los precios relativos favorables.

Las exportaciones de las PYME han crecido en los últimos 9 años en línea con las exportaciones totales, lo que se refleja en que el porcentaje de participación de las pymes en las ventas totales al resto del mundo se ha mantenido constante a lo largo del lapso antes mencionado, un 8% aproximadamente, con un ligero crecimiento en 2010 y 2011 y una caída en lo que va de 2012.

Esto refleja que al menos en cuanto a mercados externos se refiere, la estructura productiva argentina originó un proceso de crecimiento balanceado en las exportaciones de los agentes económicos, es decir, el crecimiento no registró procesos de concentración significativos, y tanto los grandes como los pequeños formaron parte de dicha expansión.

Los rubros más relevantes de las exportaciones de este segmento son alimentos (36%), metalmecánicos (33%) y químicos y plásticos (19%). Los principales destinos son el Mercosur, seguido por el resto de América. Siendo marginales las exportaciones a otros mercados.

De estos hechos estilizados puede llegarse a la conclusión de que los productos exportados obedecen a sectores industriales históricos del país que se caracterizan por tener ventajas comparativas en cuanto a calidad y baratura de los insumos (sobre todo en el caso de alimentación), y de la formación técnica, know-how y curvas de aprendizaje históricas de industrias que fueron capaces de sobrevivir a los vaivenes de la coyuntura argentina.

Las exportaciones hacia el mundo desarrollado son más complicadas para las PYME exportadoras, que en su mayoría son de carácter industrial o agroindustrial, puesto que esos países ya tienen estas industrias desarrolladas domésticamente, o bien existen elevadas barreras de entrada a estos productos, quedando con ventajas mayormente aquellas empresas productoras de bienes con cualidades autóctonas y por ende no reproducibles en otras partes del mundo como es el caso de la industria vitivinícola, o agrícola (esta última liderada mayormente por las grandes cerealeras y aceiteras y por ende fuera de nuestro ámbito de estudio).

A pesar del gran crecimiento en los últimos años, las pymex afrontan grandes dificultades en las gestiones de sus negocios. La ausencia de un horizonte temporal para la planificación como consecuencia de la volatilidad macro provocan que por ejemplo, exista un crónico uso elevado de la capacidad instalada en este segmento superando el 80% en la era posconvertibilidad.

Asimismo la incompletitud de mercados financieros y aseguradores hacen difícil lidiar con el riesgo (o más bien incertidumbre) inherente al ciclo. A esto se suma el racionamiento del crédito que sufren aquellas empresas que al precio de mercado (la tasa de interés), están dispuestas a endeudarse pero no lo hacen por no tener las garantías exigentes de las entidades financieras. Habrá que esperar para ver si las nuevas directivas aplicadas a los bancos por parte del Ministerio de Producción sirven para revertir esta situación.

También es notoria la existencia de líneas de crédito de organismos multilaterales que como consecuencia de la elevada liquidez mundial de los últimos años han incrementado su oferta.

Sin acceso al mercado de crédito, y contando únicamente con el financiamiento que otorga el propio giro, la mejor forma entonces para que una PYME local pueda sortear la volatilidad y volver estable su ciclo de negocios (la estabilidad es deseada como consecuencia de la ya mencionada restricción al crédito) es la de diversificar mercados o productos.

Las pymex cuentan en algunos casos con la ventaja de pivotear entre los mercados externos o domésticos, y en muchos casos de generar procesos productivos no reproducibles a priori de la mano de la innovación y el consecuente registro de patentes para alcanzar posiciones monopólicas o cuasimonopólicas dentro de nichos particulares.

Un aspecto no menor que está afectando a las pymes en el contexto reciente tiene que ver con las restricciones a las importaciones impuestas recientemente, que sin lugar a dudas afectan la elaboración de los productos de estas empresas. Tal es el caso de aquellas empresas productoras de bienes netamente industriales como las metalmecánicas.

Por otro lado la pérdida de competitividad como consecuencia del proceso inflacionario experimentado desde hace 6 años erosionó un tipo de cambio real (comercial) competitivo que impactó no sólo en el precio de los insumos sino también de la mano de obra, que representa el 35% de los costos de estas empresas.

El sesgo antiexportador y la pérdida de competitividad son dos fenómenos relacionados a una distorsión macro histórica de la Argentina relacionada a la restricción externa y a la dificultad para financiar con divisas una economía en donde las importaciones y las exportaciones puedan crecer en conjunto de forma sostenida.

Superando estas dificultades, las pymes con perfil exportador tienen un horizonte promisorio basadas en una dotación de capital humano no despreciable y ventajas comparativas sin igual en el caso del sector agroindustrial, por ejemplo.

Las políticas públicas orientadas a este sector generador de divisas son importantes para poder superar la restricción externa y también como dinamizador del mercado laboral..